La Guerra de las Galaxias. Para todos los que somos fanáticos de esta saga o estamos familiarizados con ésta desde que éramos pequeños, sabemos que cada Jedi tiene su propio sable de luz. Bueno, en mi primer intento de reproducción de un sable, opté por hacer el del maestro jedi Qui Gon Jinn del episodio I, porque se veía el más fácil de hacer. En cuanto a lo fácil quizás no me equivoqué tanto, porque no me demoré mucho en terminarlo, en lo que me equivoqué sí es en la reproducción misma. Tiene muchos detalles y más que reproducción, parece una copia pirata de lo que podría llegar a ser un sable de luz (les digo sable de luz, porque es la traducción correcta de "Lightsaber" y no "sable láser").
En fin, les voy a relatar un poco cómo llegué a lo que están viendo en estos momentos en la foto que tengo a la derecha.
Después de estar metido en Internet observando unas réplicas de .45 de algunos sables de luz, me fui a revolver unos cachureos que se encontraban tirados en mi casa. Así encontré una caña de pescar muy antigua, de hecho estaba sólo la mitad. El mango era negro y vi que me podía servir para hacer algo creativo y se me ocurrió que podía convertirlo en un sable de luz. La verdad es que en ese momento no tenía idea de lo que era una escala de un sable láser, pues nunca había visto uno en vivo y en directo, así es que este mango de caña me pareció perfecto para comenzar mi réplica. Buscando unos cachureos en una caja de herramientas (de esas piezas que se guardan pero que jamás se usan), más un poco de pintura plateada y un poco de creatividad logré hacerlo. La verdad es que lo hice bien a la rápida, me demoré unas cuantas horas en todo el proceso y descuidé los detalles y el trabajo minucioso.
Para comenzar, con un cuchillo caliente corté el mango de la caña, quedando la forma que se ve en las fotos. Con eso el sable estaba casi listo, así de fome. Busqué masking tape (de esa cinta adhesiva que es como papel) pero no encontré en ningún lado. Esa fue la complicación número uno, porque con esa cinta tenía que tapar los sitios que no quería que se pintaran con la pintura, así es que usé cinta de embalaje (grave error, la porquería de sable quedó toda pegajosa). En fin, al terminar eso y quedar los sitios pintados de color metal, pegué los botones de encedido del sable y una tapa cuática que encontré en la caja de herramientas y que calzaba perfectamente atrás. Para que no se viera el corte feo de cuchillo en el plástico del mango, encima, de donde supuestaente sale la hoja de luz del sable, puse una goma negra que calzó estéticamente (de esas gomas para las llaves de agua). Después me di cuenta que el sable original tenía una especie de diseño en el mango, algo como ergonómico para evitar que se deslice de la mano, así es que pesqué el cuchillo caliente otra vez y le hice el diseño. Finalmente el sable estaba terminado.
¿El resultado me preguntarán ustedes? Una sombra, una baja calidad de lo que podría llegar a ser un sable de luz. La escala está mal hecha por ser un mango de caña de pescar (quedó más largo y más angosto que un sable original) y los detalles fueron descuidados (el diseño en el mango con el cuchillo caliente también fue un grave error, se ve pésimo), y si bien se parece al sable de Qui Gon, es sólo por alcance de colores y quizás algunas formas. Júzguenlo ustedes mismos a través de las fotos, fue mi primer intento de hacer una réplica de un sable de luz, pero no desesperen, no quiero desilusionarlos, el segundo intento los sorprenderá. Les dejo unas fotos. Hasta la próxima.
jueves, marzo 09, 2006
Suscribirse a:
Entradas (Atom)