Cuando comencé a trabajar con materiales "flexibes" como la arcilla, cerámica en frío y masilla epoxica, sabía que el proceso de aprendizaje sería bastante largo donde paso a paso iría aprendiendo las técnicas necesarias para lograr detalles cada vez más reales. Aún tengo patente en la memoria aquellos primeros trabajos en arcilla como el cráneo del T-800 ó la escultura de Venom, que aún las tengo visibles en mi pieza y que me recuerdan mi punto de partida en la incursión en los materiales flexibles con algunos fracasos (las trizaduras del material y el terminado bastante rústico). En fin, estas esculturas son un pequeño monumento a la humildad y el recuerdo de que a uno siempre le va a faltar aprender más, son un recuerdo de que uno debe mantener sus pies en tierra y no creerse un artista que ya se las sabe todas.
En este largo proceso de aprendizaje, me puse una meta un poco ambiciosa. Quería saber hasta dónde ha llegado mi pericia con la masilla epoxica, y ya que tengo una base de dibujo de retratos y proporciones, quise plasmar una cara conocida en una escultura. Y la verdad es que desde hacía tiempo que quería hacer algo relacionado con el superhéroe por excelencia, Superman. Superman me daba la oportunidad de hacerle una especie de tributo a Christopher Reeve y fue como nació la idea de plasmar su rostro en el personaje que lo inmortalizó.
La primera etapa fue buscar - y buscar bastante - fotografías que me dieran la mayor cantidad de detalles del rostro, donde se pudieran apreciar el frente, el perfil, 3/4, etc., para comprender las profundidades del rostro y cómo se comportaban con la luz estos rasgos.
Teniendo esto listo se comenzó con la cabeza el mismo proceso que con el resto de las esculturas en epóxica que he hecho. Para esta escultura no fue necesario hacer un esqueleto de alambre, ya que la idea era hacer un busto.
Las proporciones de este busto serían más grandes que de las figuras hechas hasta este punto, esto fue también para lograr mejores detalles en el rostro, porque si era muy pequeño, es más difícil controlar estos detalles.
Así comenzó un proceso que duraría meses. Proceso difícil es cuanto al esculpido de la figura, ya que aún siendo más grande, me enfrentaba a lograr que una figura tuviera un parecido con una persona muy conocida. Y como yo soy bastante exigente en esto, estuve a punto de tirar todo a la basura, ya que los primeros intentos al tratar de lograr el rostro fueron espantosos. En este punto me quiero detener y recomendar algo que forma parte de cualquier proceso de aprendizaje. Cuando uno comienza a trabajar en algo que es nuevo para uno, es bueno seguir pautas de otras personas más adelantadas en el tema, seguir sus consejos y hacer lo propio según esas pautas tratando de lograr el mejor resultado. Pero no es bueno quedarse pegado allí, porque hay una parte que uno siempre podrá aportar a ese proceso, mejorarlo, personalizarlo y así lograr un procedimiento que será tuyo y que eventualmente llevará tu nombre, aunque esto sea para tí mismo. Esto me pasó con el proceso de esculpido de la cabeza de este busto, rompí un poco las pautas que tenía de otra persona y me arriesgué a poner de lo mío. Creo que fue allí cuando la escultura comenzó a tomar importancia, ya que finalmente apareció un lejano parecido con el actor.
Mucho lijado, retoques, colocar, sacar, taladrear lograron dejar la escultura lisa, lo más parecida que pude lograr al actor y lista para las manos de pintura.
La pintura. El problema de la pintura. Como esta escultura era (es) especial para mi, ya que demostraba un avance mío en el mundo del sculpting, quise probar por primera vez con las pinturas que siempre debí haber usado, pinturas acrílicas. Por lo que había leído en algunos foros hay tres marcas de pinturas que se usan para este tipo de cosas. Están las Humbrol, las Testors y las Model Master. Testors y Model Master son hermanas ya que son del mismo fabricante. Creo que las Humbrol sirven más para trabajarlas con aerógrafo (yo pinto con pincel) ya que son más líquidas. Las Testors (que son las que más me gustan) son un poco más gruesas y te dan la alternativa de diluirlas más. Y las Model Master que son colores que se usan más para pintar maquetas tipo militares.
No sé si fue la época que escogí para comprar pero me costó un mundo encontrar pinturas. Y eso que no necesitaba una gama muy grande de colores, ya que Superman tiene sólo colores primarios. Compré azul opaco Humbrol (que tuve que revolver casi con juguera para que quedara opaco), rojo opaco Testors, blanco opaco Testors, amarillo brillante Testors (no encontré amarillo opaco en ningún lado), negro opaco Model Master y diluyente Model Master. Con estos colores ya podría lograr pintar la escultura porque sus mezclas me darían aquellos colores que no encontré, como por ejemplo el color piel. Entre nosotros, las Humbrol, aparte de ser super difícil encontrar una gama de colores importante, no me gustaron mucho.
Con un poco de miedo de enfrentarme a este nuevo material, comencé el proceso de pintado de la escultura. No se me hizo muy difícil la verdad, ya que tenía la base de pintado de mis otras figuras (pintadas con tempera), pero en todo caso es un poco más difícil, sobretodo por el tema del secado que demora un poco. Lo otro es la limpieza de los pinceles, con agua la pintura no sale, hay que limpiarlos con diluyente y luego, cuando estén limpios, lavarlos con un poquito de lavalozas para que el químico del diluyente no mate a los pelos del pincel y los deje chascones de por vida.
La base la pinté de color metálico. Tenía color metálico en spray. Ni me acuerdo para qué figura fue que lo compré. Creo que fue para la figura de Wolverine. El resultado fue bueno, bien bueno. No excelente como yo esperaba, pero bien bueno. Al terminarla y después de hacerle una sesión de fotos, lo puse en una caja de acrílico para protejerla.
Ahora me la llevé a la oficina y está ahí, algo familiar y parte de uno que está presente en mi lugar de trabajo. Les dejo algunas otras fotos. Hasta la próxima.
sábado, diciembre 26, 2009
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